Para Lina María Ceballos
en cualquier lugar y hora.
Producto natural de la
Producto natural de la
tierra,
brota de repente en un parque público,
una esquina de barrio, una puerta humilde,
una estación de metro, un hospital a las dos de la
madrugada,
un cementerio bajo la lluvia.
Hay poderosas fuerzas espacio temporales que se
concitan
alrededor de estas apariciones de muchachas que,
según los especialistas, suelen clasificarse en grupos
o variedades casi infinitas.
No es lo mismo -digamos- una muchacha de
parque metropolitano
que una de jardín pueblerino.
La primera, es obvio,
tendrá mejor tamaño y aspecto pero su color, su
brillo,
serán de menor duración dada la impureza ambiente
mientras la segunda, más fina, más fresca,
mantendrá un encanto íntimo, perdurable.
Así mismo, se acentúan los matices entre muchachas
surgidas de la noche y las que afloran por la
mañana
o se reproducen como muñecas de acrílico en los
centros comerciales.
Pero es un misterio indudable cómo se dan
silvestres las muchachas
y también, cómo desaparecen de golpe,
dejando en el aire la fragancia a veces dulce,
a veces áspera o venenosa
de su paso fugaz en nuestras vidas.
Pedro Arturo Estrada.
*Fotografía tomada de internet.