miércoles, 6 de mayo de 2015

Abro la noche para recibirte


Abro la noche para recibirte. En cada palabra
mis manos inician un largo recorrido hacia la sombra,
hacia lo que no es posible abarcar. Y sin embargo,
helo aquí como si quisiera traernos un pedazo de nosotros
mismos,
un fragmento de luz, una sílaba cerrada en su misterio.

Nombrarte es el comienzo del exilio. Y permanecer en ti
una constante despedida. Ofrezco mis ojos a lo que se
diluye bajo tu lámpara.
A la eternidad que se desteje minuto a minuto para que yo
pueda entrar en ella.
Sin cortejos. Sin una guía para mis pasos.

Escribo en el polvo este no saber hacia dónde,
a qué distancia se oculta la rosa.
Nuestro diálogo es el inicio del viaje, su silencio el camino
de retorno.

Es necesario permanecer a la intemperie.

Lucía Estrada
*Fotografía tomada de internet.