jueves, 20 de septiembre de 2012

Las muchachas nacen silvestres

Para Lina María Ceballos




Una muchacha puede nacer y crecer instantáneamente
en cualquier lugar y hora.
Producto natural de la 
                                tierra,
brota de repente en un parque público,
una esquina de barrio, una puerta humilde,
una estación de metro, un hospital a las dos de la 
                                                                madrugada,
un cementerio bajo la lluvia.

Hay poderosas fuerzas espacio temporales que se
                                                                       concitan
alrededor de estas apariciones de muchachas que,
según los especialistas, suelen clasificarse en grupos
o variedades casi infinitas.


No es lo mismo -digamos- una muchacha de
                                                     parque metropolitano
que una de jardín pueblerino.

La primera, es obvio,
tendrá mejor tamaño y aspecto pero su color, su
                                                                       brillo,
serán de menor duración dada la impureza ambiente
mientras la segunda, más fina, más fresca,
mantendrá un encanto íntimo, perdurable.
Así mismo, se acentúan los matices entre muchachas
surgidas de la noche y las que afloran por la 
                                                                      mañana
o se reproducen como muñecas de acrílico en los
                                                     centros comerciales.
Pero es un misterio indudable cómo se dan 
                                                    silvestres las muchachas
y también, cómo desaparecen de golpe,
dejando en el aire la fragancia a veces dulce,
a veces áspera o venenosa
de su paso fugaz en nuestras vidas.


Pedro Arturo Estrada.

*Fotografía tomada de internet.
                                                           
                                                                    
                

domingo, 16 de septiembre de 2012

Los amores imposibles


Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.

Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor a café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.

Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.

Darío Jaramillo Agudelo.
*Fotografía tomada de internet.

lunes, 10 de septiembre de 2012

A un campesino muerto en la violencia

No sabias escribir pero en tu mano
el arado era tu lenguaje,
y cuando así la te expresaba
la voz se te volvía más suave.

Tu corazón, el agua, el viento
pasaban con el río.
Tu palabra fue la densidad del aire
y la luz toda su alegría.

Un día sin por qué, sin que supieras
que la muerte venia
te quitaron la vida.

¡El cielo alzó la frente
como si lo llamaran de lejos!
Tus ojos dulces, más que el horizonte:
todo muerto mira como un hermano.

Después
te sembraron igual que una semilla:
tu silencio cubierto por un árbol
dejó borrado el crimen.

Tramaron las raíces sobre ti
su vida. Pero aún te escucho
respirar en las ramas.

Eduardo Cote Lamus.


*Fotografía tomada de internet.

Los dos extraños

Todos los amantes terminan separados.
El amor es un barco que navega
la corriente que se levanta cuando la balsa hiende
el agua unida en la laguna que chupa los destellos
de la tierra
el avance de una hélice en la noche estrellada.

A los que vieron abrirse el día como la cauda
de un pavo real
o atraviesan la tarde cubierta de escamas
a los que se quedan abrazados en camas siempre
estrechas
y comparten la respiración del éxtasis oyendo un grifo
gotear en la sombra
está reservada la separación
como un tatuaje que el tiempo inscribe en la cadera
bienamada.

La puerta antes cerrada se abre para siempre
para que los cuerpos se crucen y no se reconozcan.

Amor es oscuridad. Y cuando la luz se enciende
somos dos extraños que evitan mirarse.

Ledo Ivo.

*Fotografía tomada de internet.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Como un Dios

Cuando era niño, Ernesto deseó ser como un dios: poderoso, amado, temido, alabado; pero sobre todo, invisible: porque así no lo habrían golpeado.

Jerónimo García Riaño.

Fotografía tomada de internet.