martes, 25 de diciembre de 2012

Felinófagos





Anoche vi dos gatos. Buscaban la soledad de las sombras y se pasaban la lengua por el lomo. De verdad parecían dos gatos.  No se arañaban pero parecían estar sufriendo. Iban de un lado a otro, el susurro de sus pasos tejía con delgados hilos. Trataban de no mojarse pero se humedecían el cuerpo con sus bocas. Sí, de verdad parecían dos gatos.

Los vi saltando en los tejados, se quemaban el cuerpo con el vapor de las chimeneas. Por un rato los vi cansados. De verdad parecían dos gatos. Fueron por muchos lugares, llegué a creer que estaban perdidos. Se empujaban hombro contra hombro, porque ahora los gatos tienen hombros y los vi reírse. Sí, de verdad parecían dos gatos.

Estaban sedientos. Los gatos estaban sedientos y corrían silenciosamente entre las sombras haciendo un ruido insoportable. Eran oscuros, negros, gatos de mala suerte a quienes de lejos se les veía el resplandor de la risa. Cuando encontraron agua siguieron riéndose a carcajadas tal y como se ríen los gatos: mostrando una lengua rosada y con una expresión violenta como si en lugar de felicidad mostraran su rabia. Realmente parecían dos gatos.

Cuando bajaron de los tejados corrieron al parque. Allí los vimos. Otros como yo dejaron de hacer lo que hacían solo para ver los gatos, extraña novedad ver dos gatos a tal hora ignorando la gente. Dos gatos que parecían ser gatos. Los gatos no se daban cuenta de nosotros, corrían de un árbol a otro, fugaces como disparos negros, silenciosos como la luz que llega sin trueno. Lo juro, esos gatos parecían dos gatos.

No se daban cuenta de nosotros, ellos solamente se miraban sus pupilas. Las pupilas eran grandes, color ámbar y en la oscuridad del parque parecían faros desubicando a los navegantes. Navegamos un rato viendo los gatos acostándose en el pasto, revolcándose como árboles que han caído de sus hojas. Los gatos eran sordos, y parecían dos gatos.

Después del primer beso los gatos parecieron polvo, se fueron elevando como una maraña de ramas arrastradas por el viento. El viento nos arrebató los sombreros, los paraguas y las ganas de verlos. Quedó la oscuridad, el silencio, la soledad y todas las cosas que estaban buscando.  Antes de la lluvia vi muchos reanudando su marcha, otros corrieron anunciando los males del invierno. Quedamos unos cuantos viendo los dibujos negros que se hacen en un parque cuando llueve de noche. 

Jorge Andrés Acevedo.

*Fotografía tomada de internet.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Alba





Para mi loca vida, al medio día
un día más día que todos el sol regó la lluvia
y el alba al mediodía aún era alba,
más sutil que un minuto que un océano eterno.

Cisterna pura donde cabe mi ser entero,
mar de rocío que me acaricia incesante,
patria perenne de mi corazón,
jaula donde descansa para siempre mi alma.

Alba-luz, Alba-sol, Alba-marina,
Alba-día, Alba-siempre, Alba-del-alma,
Alba-hoy, Alba-azul, Alba-de-julio,
Alba-amor, Alba-esposa, Alba-dormida,
Alba-verso, Alba-única, Alba-mía.

Navío, vasija, cueva, balandra de mis sueños,
gaveta donde guardo todos mis pensamientos,
cofre donde se esconde mi sonrisa,
donde moran mis ansias y mis recuerdos.


José Luis Díaz-Granados.

*Fotografía tomada de internet.

domingo, 16 de diciembre de 2012

De la muerte

Sí, pero qué arrastra la mirada
hacia es extensión tan blanca.
Cómo evitar soñarnos
tendidos en nuestra propia arena,
ver caer las imágenes
alguna vez tan cotidianas,
escuchar la vaguedad de las palabras
imitando a un silencio ahora tan pobre.

Es la ausencia absoluta de toda fortaleza
perdida en un dibujo largo y borroso
de residuos de recuerdos,
de ojos siempre fijos, acumulando miedo.

Así las ciudades y sus cosas
                                           huyendo
despacio
sin alarde
dejando un eco inmóvil en las grietas de la tierra.
Y allí nosotros
                                           fluyendo
en la realidad de un mundo inexistente,
pretendiendo erguirnos
para entonces
devolver lo habitual  a las formas.

Tallulah Flores.
 
*Fotografía tomada de internet. 
 

sábado, 8 de diciembre de 2012

Retornos


No creo en retornos
pero este amargo corazón de casas viejas y calles rotas
late en cada regreso
sin gestos ni ademanes
y sabe que el mundo es un mal lugar para llegar

Y se regresa a escribir un poema que trate de una muchacha en un aeropuerto
que espera un avión de quién sabe dónde
o escribir sobre la carta que nunca recibí aquel sábado
escuchando el viejo casette con mis nostalgias favoritas
o sobre los versos robados a Salinas, Borges, Walcott
y las tardes de sol en el estadio de fútbol

No creo en los regresos
pero este seco corazón de otros días canta a destiempo
sobre el cielo que quema el nombre de una mujer que amé

No creo en retornos
pero mi corazón de viajero hace, que siempre que parto hacia la intemperie en el
mundo
deje, como en mis días de boy scout, piedritas y migas de pan
para no perder el camino de regreso a tu cuerpo.


Federico Díaz- Granados.

*Fotografía tomada de internet.

XXV



Cada vez que me abrazas
se abre la cicatriz
que llevo marcada
debajo de mis pechos.

¿Acaso eres el hueso
que sacaron
de mi cuerpo
cuando dormía la inocencia
en el jardín del paraíso?


Nana Rodríguez.


Fotografía tomada de internet.
Autor: Eugene Smith.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Ese cristal no muere

Mujer, milagro,
pan del amor en cada día mío,
he de quedarme contigo
hasta el último sitio de mi sangre.

Como una torre ardiendo espero tu llegada;
aunque no vuelvas,
aunque digas adiós a todas horas
volveré a saludarte cada noche,
estrella ausente de mis dedos.

Tú sabes, ambos somos
ceniza que no olvida,
herencia de los besos somos hasta la muerte;
fuimos lo que dejó la noche
entre sus pliegues.

No digas que mis manos están lejos,
que está la boca mía muerta
en la distancia;
no digas que ha perdido
su calidad de amor el gran pasado,
no digas que el olvido
es un severo rostro que ha llegado.

No pongas lo que ha sido
como un reloj sin vida
a tu costado.

Yo no te espero,
yo solamente te amo.
No pido que regreses.
Hay una condición de parte mía:
te amo aunque no vuelvas,
aunque pierdas la voz
y a pesar de que cierres los ojos
en mis cartas.

Mujer, milagro,
pan nuestro de caricias,
patria mía de viaje,
continente lejano de los besos,
yo solamente te amo.


Hemos ganado una batalla;
nuestras mejores lanzas se partieron
ánima adentro, corazón adentro;
pero,
qué mejor arma que una buena herida.

No es preciso decir que no te olvido,
no necesito hablar de tu partida,
ni puedes tú decir que me has perdido.
Fuimos dos puntas de cuchillo ardiente
confundiendo sus filos en las venas,
fuimos dos bocas y una misma fuente
para besar y humedecer las penas.
Arteria loca fuimos
y aún lo somos.

El silencio es silencio solamente,
nos cuentan en la vida las palabras,
vale más un cristal contra tu frente
que un torrente de voces en el alba.
En este libro vives en tu casa,
en él usé tu tinta de amapola,
cada letra que puse fue una brasa
que no se apaga aunque se quede sola.
En esta hoja vamos de la mano
hacia un sitio por nadie concido,
de luto hacia la muerte de un manzano
tú con tu llanto, yo con mi vestido.

Pero yo te recuerdo;
en este libro
anda tu dulce fecha,
en este libro muerdo
con mi mano derecha
el día en que la vida
estableció mis ojos y mi guerra;
en estas hojas coloqué tu huida
para llegar más solo hasta la tierra.

Óscar Hernández Monsalve.

*Fotografía tomada de internet.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Ciudad ajena

He aquí de nuevo
la incertidumbre en los rostros
paseando las aceras prestadas.

He aquí la angustia
abriendo las cortinas
entre el pavimento
y la neblina de una madrugada.

Obstinada la vida
aún organiza sus postreras rutas.

Aquí estoy una vez más
con el pulso repleto
de una verdad de musgo.

No hace falta llorar
¿de qué valdría?
es el mismo mapa
huérfano de amor y esperanza.


Lilia Gutiérrez Riveros


*Fotografía tomada de internet.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Instrucciones para llorar



Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.

Julio Cortázar.

*Fotografía tomada de internet.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Amor a primera vista

Ambos están convencidos
de que los ha unido un sentiemiento repentino.
Es hermosa esa seguridad,
pero la inseguridad es más hermosa.

Imaginan que como antes no se conocían
No había sucedido nada entre ellos.
Pero ¿qué decir las calles, las escaleras, los pasillos,
en los que hace tiempo podrían haberse cruzado?

Me gustaría preguntarles
si no recuerdan
-quizá un encuentro frente a frente
alguna vez en una puerta giratoria,
o en algún "lo siento"
o el sonido de "se ha equivocado" en el teléfono-,
pero conozco su respuesta.
No recuerdan.



Se soprenderían
de saber que ya hace mucho tiempo
que la casualidad juega con ellos,

una casualidad no del todo preparada
para convertirse en su destino,

que los acercaba y alejaba,
que se interponía en su camino
y que conteniendo la risa
se apartaba a un lado.

Hubo signos, señales,
pero qué hacer si no eran compresibles.
¿No habrá revoloteado
una hoja de un hombro a otro
hace tres años
o incluso el último martes?

Hubo algo perdido y encontrado.
Quién sabe si alguna pelota
en los matorrales de la infancia.

Hubo picaportes y timbres
en los que un tacto
se sobrepuso a otro tacto.
Maletas, una junto a la otra, en una consigna.
Quizá una cierta noche el mismo sueño
desaparecido inmediatamente después de despertar.
Todo principio no es más que una continuación,
y el libro de los acontecimientos
se encuentra siempre abierto a la mitad.

Wislawa Szymborska.

*Fotografía tomada de internet.



lunes, 5 de noviembre de 2012

Intimidad

La noche vuelve secreta
a tantear mi cuerpo
me penetra lenta y suave
me abro
como una flor nocturna.
Orietta Lozano.
*Fotografía tomada de internet

viernes, 2 de noviembre de 2012

Palabras a una hija que no tengo

 
 
 
Entornaré tus ojos si prometes soñarme.
Compréndeme, no es fácil velar por alguien siempre:
a veces necesito saber que tienes miedo.
 
Cuando sepas hablar, dame mi nombre;
diciéndome papá ya habrás hecho bastante.
En invierno no abrigues demasiado tu cuerpo de princesa,
más útil y más noble
es irse acostumbrando a resistir.
 
Acepta golosinas de los desconocidos
(no está el mundo como para negarse)
pero apréndete esto en cuanto puedas:
más frecuente es lo amargo, que te ignoren
y no los caramelos.
 
Te enseñaré a leer fuera del aula
y llegada la hora quiero que escribas "mar"
sobre los azulejos de pasillo.
 
Cuando cruces por fin la calle sola
sabrás que el riesgo y la velocidad
perseguirán tus días siempre.
 
No creas que en el fondo no soy optimista:
de lo contrario tú no estarías ahí
cuidando que te cuide como debo.
 
Como ves, desconfío
de quienes no veneran el asombro
de estar aquí, ahora.
 
Existe la alegría, pero duele;
tendrás que conseguirla.
Y cuando la consigas tendrás miedo.
 
Andrés Neuman.
 
*Fotografía tomada de internet.

martes, 30 de octubre de 2012

Amantes



Se amaban. No estaban solos en la tierra;
tenían la noche, sus vísperas azules,
sus celajes.
Vivían uno en el otro, se palpaban
como dos pétalos no abiertos en el fondo
de alguna flor del aire.
Se amaban. No estaban solos a la orilla
de su primera noche.
Y era la tierra la que se amaba en ellos,
el oro nocturno de sus vueltas,
la galaxia.
Ya no tendrán dos muertes. No iban a separarse.
Desnudos, asombrados, sus cuerpos se tendían
como hileras de luces en un largo aeropuerto
donde algo iba a llegar desde muy lejos,
no demasiado tarde.
Eugenio Montejo. 
*Fotografía tomada de internet.

lunes, 22 de octubre de 2012

Pecaré



                           
 Porque puse mis ojos en ti
 he pecado
porque quise llegar al amor
he pecado
por temblar si rozabas mi piel
he pecado
por beber de tu cuerpo la miel
he pecado
por llorar al mirar tu desdén
he pecado
por volver a sentirme mujer
he pecado
porque quiero volverte a tener
 he pecado
  y pecare ...
por los siglos, amén.
  Nancy Martínez.
     
*Fotografía tomada de internet

domingo, 21 de octubre de 2012

La rebelión de las ratas


(Fragmento)
 
(...) Una voz potente se levantó del grupo. Venía desde los lados de la cancha de tejo:
 
-Y cada día la injusticia toma características más alarmantes. ¿No saben compañeros, lo que han esos malditos policías en la mina de Chicamocha? Han cogido a culata a diez obreros porque no querían continuar trabajando. A uno, precisamente a Juan Beltran, le fracturaron la clavícula. Y así, imposibilitado físicamente, lo obligaron a trabajar, hasta que cayó  al suelo desmayado, casi moribundo. Y luego, los miserables no nos permitieron llevarlo a su casa. Allá se quedó hasta que un muchacho por casualidad presenció el lance, le avisó a la mujer.
 
-Por todas partes cunde la barbarie- dijo otro, que estaba situado cerca del anterior - y eso es fruto de la llegada de los policías. Se dice que son agentes del orden, pero yo los he visto en ocasiones anteriores, recorrer los caminos de las veredas matando a los hombres y a los niños, violando a las mujeres (...)
 
Fernando Soto Aparicio.
 
*Fotografía tomada de internet.
 
 

jueves, 18 de octubre de 2012

Al despertar



 
 

Sin mayores contemplaciones, se tomó el vaso de agua, arrastrando el vértigo por la garganta. Luego echó llave a la puerta. Miró con nostalgia la fotografía de la mujer ausente en el marco plateado colgado en la pared, y apagó las luces. Ya entre sombras tanteó la cama y puso en el escritorio, junto al vaso vacío, las llaves. Esperó, como una sombra más, el arribo del alba. Al despertar se dijo que nada había pasado. Y decidió salir al pueblo. Al poco tiempo se dio cuenta que la calle no era la misma del día anterior ni tampoco la luz de ese amanecer. Las casas de adobe lucían nebulosas. Los hombres que jugaban parqués a la intemperie estaban enrarecidos. En ese instante, él sintió temor y desanduvo sus pasos. Ya frente a la puerta, rebuscó desesperadamente en sus bolsillos, pero no encontró las llaves olvidadas en el escritorio, junto al vaso vacío. 
 
Jonathan Alexander España.
 
 
*Fotografía tomada de internet.

 

miércoles, 17 de octubre de 2012

El adiós


 

 

I
En la tarde,
las semillas del diente de león,
vulneradas por el viento,
                                         se disipan
como limadura de espejo
                                     en la memoria.
 
Atrás queda la página en blanco,
la mirada imposible, lo que ya no despierta.
 

 

II

 

Sin rumbo,

                 sin regreso,

                 en un vacío de huesos,

el crepúsculo devora los pies del caminante.



Henry Alexander Gómez.
 
 
 
*Fotografía tomada de internet.
 

martes, 16 de octubre de 2012

El temor que nos despoja







Sabemos que bajo las lámparas
Duerme la oscuridad encendida
Es parte de su arrullo dejarnos respirar
                                  El vaho de su alivio
Las noches danzan y agonizan
El silencio es la música que alcanza nuestro polvo
El de los labios enterrados y remotos
El de las manos que predicen un rumor de tempestad
El de los pies que aprendieron a caminar
                                 Aferrados a su sitio



Jorge Valbuena.

*Fotografía tomada de internet.



jueves, 4 de octubre de 2012

Credo


Creo en mi pueblo
que por quinientos años
ha sido explotado sin descanso
creo en sus hijos
concebidos en la lucha y la miseria
padecieron bajo el poder
de los Poncio Pilatos
fueron martirizados
secuestrados
inmolados
descendieron a los infiernos
de la "Media Luna"
algunos resucitaron
entre los muertos
se incorporaron de nuevo
a la guerrilla
subieron a la montaña
y desde allí
han de venir a juzgar 
a sus verdugos.
Creo en la hermandad de los pueblos
en la Unión de Centro América
en las vacas azules de Chagalll
en los cronopios
no sé si creo
en el perdón
de los escuadrones de la muerte
pero sí en la resurrección
de los oprimidos
en la iglesia del pueblo
en el poder del pueblo
por los siglos
de los siglos.
Amén.


Claribel Alegría.



*Fotografía tomada de internet. Rostro de Claribel Alegría.


miércoles, 3 de octubre de 2012

Oscuridad de alas



Un tono líquido
sostiene los giros
de esta nube epistolar

Debajo de nuestra orilla de piedra
oscuridad de alas

Se respira el silbido leve
de la emoción más antigua
la última soledad tiembla en las manos

Esta escritura viviente expandida en los laberintos
entra en mí como una alergia de voces
que dilapida una aurora enemiga

Y son estas letras
la grafía a la que se acostumbra el aire
el parto de un volcán muerto.


Yenny León.


*Fotografía tomada de internet.







jueves, 20 de septiembre de 2012

Las muchachas nacen silvestres

Para Lina María Ceballos




Una muchacha puede nacer y crecer instantáneamente
en cualquier lugar y hora.
Producto natural de la 
                                tierra,
brota de repente en un parque público,
una esquina de barrio, una puerta humilde,
una estación de metro, un hospital a las dos de la 
                                                                madrugada,
un cementerio bajo la lluvia.

Hay poderosas fuerzas espacio temporales que se
                                                                       concitan
alrededor de estas apariciones de muchachas que,
según los especialistas, suelen clasificarse en grupos
o variedades casi infinitas.


No es lo mismo -digamos- una muchacha de
                                                     parque metropolitano
que una de jardín pueblerino.

La primera, es obvio,
tendrá mejor tamaño y aspecto pero su color, su
                                                                       brillo,
serán de menor duración dada la impureza ambiente
mientras la segunda, más fina, más fresca,
mantendrá un encanto íntimo, perdurable.
Así mismo, se acentúan los matices entre muchachas
surgidas de la noche y las que afloran por la 
                                                                      mañana
o se reproducen como muñecas de acrílico en los
                                                     centros comerciales.
Pero es un misterio indudable cómo se dan 
                                                    silvestres las muchachas
y también, cómo desaparecen de golpe,
dejando en el aire la fragancia a veces dulce,
a veces áspera o venenosa
de su paso fugaz en nuestras vidas.


Pedro Arturo Estrada.

*Fotografía tomada de internet.
                                                           
                                                                    
                

domingo, 16 de septiembre de 2012

Los amores imposibles


Todos los amores imposibles son eternos,
el tiempo no los toca
y no existen traiciones entre los amores imposibles.

Amo con toda intensidad, amo sin límites
a cada uno de mis amores imposibles.
A veces el olor a café trastoca el orden de los años
y voy a dar a la madrugada
de un resplandor que a mí me alumbra
o de pronto la voz de Janis Joplin
me ensarta en una noche cítrica
de alambre,
la noche del hechizo,
puede ser una forma precisa de mecerse el viento entre los árboles
y la danza del cuerpo,
la eterna danza de un cuerpo eterno
entre la eterna danza de la brisa.

Los eternos amores imposibles
no se tocan, no se cruzan, no pueden verse entre sí,
no existen los celos entre los amores imposibles,
son perfectos los amores imposibles.

Darío Jaramillo Agudelo.
*Fotografía tomada de internet.

lunes, 10 de septiembre de 2012

A un campesino muerto en la violencia

No sabias escribir pero en tu mano
el arado era tu lenguaje,
y cuando así la te expresaba
la voz se te volvía más suave.

Tu corazón, el agua, el viento
pasaban con el río.
Tu palabra fue la densidad del aire
y la luz toda su alegría.

Un día sin por qué, sin que supieras
que la muerte venia
te quitaron la vida.

¡El cielo alzó la frente
como si lo llamaran de lejos!
Tus ojos dulces, más que el horizonte:
todo muerto mira como un hermano.

Después
te sembraron igual que una semilla:
tu silencio cubierto por un árbol
dejó borrado el crimen.

Tramaron las raíces sobre ti
su vida. Pero aún te escucho
respirar en las ramas.

Eduardo Cote Lamus.


*Fotografía tomada de internet.

Los dos extraños

Todos los amantes terminan separados.
El amor es un barco que navega
la corriente que se levanta cuando la balsa hiende
el agua unida en la laguna que chupa los destellos
de la tierra
el avance de una hélice en la noche estrellada.

A los que vieron abrirse el día como la cauda
de un pavo real
o atraviesan la tarde cubierta de escamas
a los que se quedan abrazados en camas siempre
estrechas
y comparten la respiración del éxtasis oyendo un grifo
gotear en la sombra
está reservada la separación
como un tatuaje que el tiempo inscribe en la cadera
bienamada.

La puerta antes cerrada se abre para siempre
para que los cuerpos se crucen y no se reconozcan.

Amor es oscuridad. Y cuando la luz se enciende
somos dos extraños que evitan mirarse.

Ledo Ivo.

*Fotografía tomada de internet.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Como un Dios

Cuando era niño, Ernesto deseó ser como un dios: poderoso, amado, temido, alabado; pero sobre todo, invisible: porque así no lo habrían golpeado.

Jerónimo García Riaño.

Fotografía tomada de internet.

lunes, 16 de julio de 2012

Quiero llamarte


Quiero llamarte sintiendo la lluvia
que cae entre los oscuros eucaliptos.

Tu ausencia es como el frío de la hoja
y llega con la luz que se levanta
desde el patio mojado de sereno.

Quiero llamarte. Pronunciar tu nombre.
Sentirte regresar como la lluvia.

Gonzalo Mallarino Flórez.

*Fotografia tomada de internet

De la angustia




Desaparecer

en el canto verde
de la espera.

Desaparecer
antes de la angustia.

Desaparecer.

Bibiana Bernal.

*Fotografía tomada de internet.


domingo, 15 de julio de 2012

Emily cuida el jardín





"¿Quién soy yo para contar el bello secreto de la mariposa?"
Emily Dickinson

No puedo estar sola
me visitan huestes.
Pájaros que han perdido su casa.
Lluvias inmensamente solas
que vienen a refugiarse en mi cabello.
Ha perdido las hojas ese árbol
donde yo veía los ojos de un ángel.
Mi alma quiere apostar al cielo.
No seré fiel sino al misterio.

Gustavo Tatis Guerra.

*Fotografía tomada de internet.

Desencuentro

 
Ya es hora de que alguien pregunte por mí,
que me vaya con los ausentes,
que regrese con la lluvia.
 
Debo salir pronto a caminar,
pero no encuentro la calle
los escalones de mis piernas.
 
Sé que debo irme en los trenes,
amarillos del barro,
subirme en el polvo de mi corazón.
 
Armando Orozco Tovar
*Fotografía tomada de internet

Avenida Helen Keller en el cruce de la calle 15



Vaya lugar para una cita de amor.
Aquellos que acordaron el reencuentro
en la avenida Hellen Keller,
en el cruce de la calle 15,
a las cinco de la tarde, hora de Lisboa,
Jamás se encontraron.

Cruzaron tan cerca que no se vieron.
Tropezaron con el viento frío
que venía de ese muelle
donde Fernando y los otros
huyeron como niebla.

La rosa, la misma rosa de Keller,
en las manos de estos amantes,
afilaba sus espinas,
justo cuando el día
auguraba la hora ciega
del olvido.

María Clemencia Sánchez.

*Fotografía tomada de internet.

Todos mis ayeres


Todos mis ayeres
caben en una mano

todas mis ganancias
las llevo en una bolsa guardada

cuando me voy de un lado
gano un lugar y pierdo otro

presencia y ausencia
son lo mismo

todos mis ayeres 
caben en una mano
                            vacía.

Homero Aridjis.


*Fotografía tomada de internet.