jueves, 18 de octubre de 2012

Al despertar



 
 

Sin mayores contemplaciones, se tomó el vaso de agua, arrastrando el vértigo por la garganta. Luego echó llave a la puerta. Miró con nostalgia la fotografía de la mujer ausente en el marco plateado colgado en la pared, y apagó las luces. Ya entre sombras tanteó la cama y puso en el escritorio, junto al vaso vacío, las llaves. Esperó, como una sombra más, el arribo del alba. Al despertar se dijo que nada había pasado. Y decidió salir al pueblo. Al poco tiempo se dio cuenta que la calle no era la misma del día anterior ni tampoco la luz de ese amanecer. Las casas de adobe lucían nebulosas. Los hombres que jugaban parqués a la intemperie estaban enrarecidos. En ese instante, él sintió temor y desanduvo sus pasos. Ya frente a la puerta, rebuscó desesperadamente en sus bolsillos, pero no encontró las llaves olvidadas en el escritorio, junto al vaso vacío. 
 
Jonathan Alexander España.
 
 
*Fotografía tomada de internet.

 

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