domingo, 21 de septiembre de 2014

No cambian de canción




No cambian de canción

los pájaros

no aplanchan ni rebrillan su vestido

no cambian de nido por los malos vecinos

no inventan nuevos picos para el amor

ni se cansan de la misma compañera

no rompen nunca la rama en la que se posan

no tienen hoy el ojo limpio del amigo

y mañana el turbio del enemigo

no enseñan a volar a sus polluelos

sino que los empujan tiernamente a las nubes

no necesitan más sabor que los del agua pura

o el de las frutas a la carta en sus gajos

Dios hizo el maná para ellos y se contentan

con briznas de hierba o espaguetis de lombrices

no se persignan porque nacieron benditos

no se enferman ni amanecen enguayabados

aunque duerman

en un guayabo o en un borrachero

no usan despertador ni padecen de insomnio

nunca se quejan de su fragilidad

ni le temen a las aves de rapiña

sino que juegan inocentemente con ellas

aunque siempre salen perdiendo

tampoco huyen de lso cazadores

porque creen como los niños

que las armas son de juguete

no cambian de color ni de bandada

no cumplen años ni van a entierros

no usan almanaque

pero son los pregoneros del día

los emisarios de la primavera

a nadie humillan con su feliz indiferencia

no protestan por los cambios de tiempo

aunque el frío los atortola

y siempre celebran con el aplauso de sus alas

el telón del crepúsculo

no lloran ni ríen pero tiemblan y arrullan

tampoco les cansa el viento

ni los destiñe la lluvia

no saben que las patrias separan en la tierra

lo que une el cielo

ignoran la existencia de los poetas y los filósofos

y que todos ellos viven de sus plumas

se acuestan sin ver la televisión

después de leer todos los paisajes

y prefieren olvidar dónde

dejaron su tumba en el aire.


Rogelio Echavarría.


Fotografía tomada por Tatik Carrión.

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