jueves, 24 de enero de 2013

Tranvía

Por fin. La desconocida siempre subía en aquella parada. "Amplia sonrisa, caderas anchas...una madre excelente para mis hijos", pensó. La saludó; ella respondió y retomó su lectura: culta, moderna. Él se puso de mal humor: era muy conservador. ¿Por qué respondía a su saludo? Ni siquiera lo conocía.

Dudó. Ella bajó.

Se sintió divorciado: "¿Y los niños con quién van a quedarse?"

Andrea Bocconi.


*Fotografía tomada de internet.

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