Sabemos
que bajo las lámparas
Duerme la oscuridad encendida
Es parte de su arrullo dejarnos respirar
El vaho de su alivio
Las noches danzan y agonizan
El silencio es la música que alcanza nuestro polvo
El de los labios enterrados y remotos
El de las manos que predicen un rumor de tempestad
El de los pies que aprendieron a caminar
Aferrados a su sitio
Jorge Valbuena.
*Fotografía tomada de internet.
No se puede vivir con miedo.
ResponderEliminarNos obliga a cerrar demasiadas puertas.
Y detrás puede estar la persona que al rozarnos, nos ilumine el día.